Publicada por primera vez en 1907, en una de las clásicas ediciones
de literatura indecorosa clandestina de la época, Las 11.000
vergas fue primeramente consagrada como novela surrealista a
principios de los años treinta, gracias a los elogios deCeorges
Braque, y posteriormente, en los años sesenta,ensalzada como
una de las más representativas de las novelaspornográficas.
Sorprende que en la literatura homosexualnunca se haya
contemplado Las 11.000 vergas como un clásico y que nunca los
militantes gays hayan intentado recuperar unanovela que se ha
incluido más en la literatura erótica engeneral aún teniendo muy
poco de sensibilidad heterosexual.Señalemos ese más de la mitad
de «combinaciones» homosexuales que colman la novela, inimaginables
siquiera en el másperverso de los sentidos.
Quizá la numerosa presencia demujeres en la obra haya confundido
igual a unos y a otros,por más que quede bien claro desde
un principio que Mony,príncipe de Vibescu, se deja sodomizar
de