"Se llamaba Isidro Marcelino Orbés Casanova y nació en Jaca, aunque sobre el escenario únicamente era Marceline. «Un simple payaso», dijo en una ocasión. Pero no. Admirado por Charles Chaplin y Buster Keaton, a principios del siglo XX se le consideró el mejor clown del mundo.
Nueva York, 8 de noviembre de 1927. Solo ochenta y cuatro personas asisten al entierro de Marceline, el artista que durante años llenó los mayores teatros de Londres y Nueva York, y que ha caído en el olvido. Esa tarde se pone punto final a una de las biografías artísticas más apasionantes de la historia y empieza a nacer una leyenda llena de misterios y puntos oscuros que ha pervivido hasta nuestros días. Chaplin, se ha asegurado en las tertulias circenses, se inspiró en él para los gags de Charlot con su bastón.
Nacido en la localidad oscense de Jaca, Marcelino Orbés (1873-1927) se fraguó en el mejor circo del siglo XIX y acabó triunfando en los principales escenarios teatrales del XX. Encarnó, como nadie, el mito del payaso triste: sumó varias temporadas actuando a diario ante más de diez mil personas en el Hippodrome de la Gran Manzana, pero trabajó también en ferias de condado y grandes almacenes. Conoció el triunfo y el fracaso, la riqueza y la ruina, el amor y la soledad. Y acabó suicidándose en una humilde habitación de hotel."